
En la primavera parisina de 1906 el joven Pablo Picasso, con 25 años de edad, comenzó a bocetar un cuadro que marcaría un antes y después del arte del siglo XX. Casi un año más tarde —en el invierno de 1907— y después de haber llenado 16 cuadernos y centenares de telas con intensos y exhaustivos estudios preliminares, estaba completado Les Demoiselles D' Avignon (Las Damas de Avignon). Es un imponente óleo de 2,4 metros por 2,3. Muestra cinco figuras completas de mujeres desnudas, dos bizarramente enmascaradas con motivos africanos. En su momento fue recibido con asombro, confusión y risas, hasta por los colegas mismos de Picasso, como Henri Matisse. Hoy se considera la obra que inició el arte moderno, rompiendo las reglas básicas —o convenciones— de composición, armonía y gusto.Picasso no le dio un título a su cuadro revolucionario y originalmente se conocía como El prostíbulo filosófico. Al fin, el amigo André Salmon, poeta y crítico de arte, le pusoLes Demoiselles D' Avignon para su primera exhibición pública en 1916 en el Salon d'Antin en París.
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